jueves, 14 de julio de 2011

Pequeños godos I


revistasemana
Hace unos días publiqué en este blog una nota en la que mencionaba los valores sobre los cuales se erige el movimiento Renovación Nacional. En esta corta serie, me permito hacer una versión comentada de la entrevista que los líderes de la joven organización le dieron a la revista Semana sobre diversos temas de la realidad del país. Aquí la primera parte.
Semana.com: ¿Qué es Restauración Nacional?
Restauración Nacional: Es un movimiento de jóvenes fundado el 13 de octubre de 2007 por universitarios que tienen fe en Colombia y creen su potencial para constituirse en una nación próspera, grande, libre y soberana. Buscamos convocar una movilización nacional, con representación de todos los sectores sociales, políticos y económicos, alrededor de la defensa de las bases cristianas, la protección de la cultura, tradiciones, historia, idioma, religión y valores que constituyen nuestra identidad nacional. Tenemos como base la defensa y promoción de la justicia, la libertad, la propiedad, la dignidad humana, el bien común, la solidaridad y la fe de todos y cada uno de los colombianos.
¿Cómo es que estos sujetos se dicen defensores de una identidad nacional? Puede ser porque es la identidad nacional que ellos convocan a movilizarse es una: la de ellos. Presumen que deben defender una cultura y unas tradiciones, aunque no señalan de cuáles están hablando. Bien puede tratarse de la misma perspectiva de quienes, como Laureano Gómez, consideraban que su ideología debía imponerse so pena de muerte. ¿Cuál será la cultura y las costumbres de las que hablan? ¿Las vallunas, las santandereanas o las llaneras…?

Uno de los errores más grandes que se han cometido en la historia colombiana ha sido crear ficciones de consensos, todos a partir de las necesidades y perspectivas de sólo una comunidad. Así, se han terminado por imponer unas visiones sobre otras, sometiendo a éstas últimas a la extinción. Bien puede tratarse de esa visión y esa costumbre española que caló en los yuppies renovadores.
Semana.com: ¿De dónde nació la idea de crear un movimiento de derecha?
R.N.: A partir de un grupo de estudiantes de la universidad de los Andes, la Militar y el Rosario, que hacen parte de una generación cansada de 50 años de violencia, pobreza, injusticia y corrupción heredada de nuestros padres y abuelos. No queremos dejarles esa misma Colombia a nuestros hijos. Nos inspiran las palabras del líder conservador Álvaro Gómez Hurtado, quien pidió que su muerte no fuera un sacrificio inútil, sino un símbolo que convocara un movimiento de restauración nacional.
Sólo una cosita: Ese prohombre que los pequeños godos mencionan, Álvaro Gómez, fue asesinado no por sus convicciones conservadoras, sino por aquéllas que bien podrían ponerlo en la lista de liberales más destacados de la historia reciente.
Semana.com: En síntesis, ¿qué le responden a María Jimena Duzán quien los mencionó en su columna “Cuando la mano negra se indigna”?

R.N.: No somos un movimiento misterioso de extrema derecha, ni uribistas, ni antisantistas, ni actuamos violentamente, ni cometiendo actos terroristas. Criticamos lo que tenemos que criticar sin cálculo partidista o electoral, dentro de la legalidad y valores democráticos. Queremos la reparación integral de las víctimas de la violencia y la corrupción, pero quienes deberían asumirlo no deben ser todos los colombianos sino los mismos victimarios y los gobernantes y partidos que no actuaron o participaron o fueron condescendientes con ellos.

Desde mi muy humilde perspectiva, el Estado, y a través suyo todos los colombianos, debe reparar  a las porque desde hace más de 50 años el país ha pretendido invisibilizar la guerra, y con ella, a las víctimas de todos los bandos.
líderesSemana.com: ¿A qué políticos de la historia colombiana admiran y consideran faros ideológicos?

R.N.: Laureano Gómez y Miguel Antonio Caro son nuestros guías ideológicos. A Álvaro Uribe Vélez, Rafael Núñez, Fernando Londoño y Álvaro Gómez Hurtado los consideramos figuras dignas de admiración.
Como no podían ser otros, los ídolos de los pequeños godos son prohombres de la patria, merecedores de toda clase de altares, no solo en las plazas, sino al lado de vírgenes y santos. Laureano Gómez, el bipolar que ayudó con sus discursos tóxicos a incendiar la segunda mitad del siglo XX en el país; Miguel Antonio Caro, impositor de una constitución regresiva y hegemónica, que no reconocía sino una cultura y una visión de país. Además, Álvaro Uribe Vélez, cuya demagogia guerrerista terminó por polarizar el país entre “gente buena, de familia” (como Jorge Noguera y Felipe Sierra) y terroristas, y cuya confianza inversionista no fue otra que entregar gabelas innecesarias a grandes empresarios; Fernando Londoño, el desfalcador de Foncolpuertos y Álvaro Gómez, un conservador afortunadamente converso.
Semana.com: ¿Cuál es la visión de país que tienen?

R.N.: Una nación próspera, con crecimiento económico sostenido, que beneficie la iniciativa privada como motor de desarrollo pero sin privilegiar el capital financiero; cabeza de Hispanoamérica, influyente, donde los intereses nacionales y el bien común prime sobre los interés particulares, extranjeros y multilaterales. Sin totalitarismos de Estado donde cada cual sea promotor de su propio desarrollo y crecimiento. Sin secuestros, sin violentos, sin corruptos. Con justicia social, económica y política, donde los delincuentes y criminales sean castigados con todo el peso de la ley. Donde el Estado regule el capital y la economía esté al servicio del hombre, no el hombre al servicio de la economía. Consideramos que el poder político debe ser reformado para darle paso a los sindicatos, los gremios, las asociaciones profesionales, los campesinos, la Iglesia, etc.; sin discriminación positiva o negativa por razones de raza, religión, sexo, edad, riqueza, etc. En Paz: sin terroristas de las Farc, ELN, Paramilitares, Bandas Criminales o narcotraficantes. La única institución que debe tener el monopolio de las armas deben ser las Fuerzas Militares.
Es un poco incoherente trazarse como propósito la justicia social, y el desarrollo propio teniendo a Álvaro Uribe, Miguel Antonio Caro y Laureano Gómez –por no mencionar el catolicismo- como estandartes ya que cada uno de ellos no logró más que obstaculizar propuestas de cambio. Sí, su cambio era el mismo ofrecido por los primeros misioneros a los indígenas americanos: conversión y muerte.

En pocos días una nueva entrega de esta serie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No le creo si dice que todo le ha gustado. Quéjese, si así lo quiere, pero recuerde que sus comentarios serán moderados, así que guárdese los madrazos.